El otro día me dispuse a hacer una simulación de prueba académica,
para lo cual quité de la mesa todos los apuntes y sólo se encontraba en
ella papel, bolígrafo, calculadora científica y el ordenador que me
plantearía las preguntas y el tiempo del que disponía.
Justo cuando le di al botón de empezar la simulación y el tiempo comenzó a descontar llamaron a la puerta.
– Vaya, desde luego no se puede ser más inoportuno. No voy a
contestar, si no se me va a pasar el tiempo y no voy a ser capaz de
responder a todas las preguntas.
Pero nada, vuelven a tocar con igual insistencia.
– ¿Se habrá caído alguna prenda de las plantas superiores del
edificio? Puede que se trate de una prenda de la suerte y tengan que ir a
una entrevista… si es eso y va con nervios por no llevar un amuleto no
estaré tranquilo yo. ¿Pero por una prenda se van a poner así?
Vuelven a llamar.
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Un atribulado sueño
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La gente estaba cerca, muy cerca, superaba cualquier aglomeración de unas
fiestas. Estaban tan juntas, unas de otras, que no se podía respirar sin
notar el...
Hace 6 meses
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